A
ti,
Señor,
que
es
pleno
de
luz
y
de
amor,
y
estás
en
los
cielos
y
en
toda
parte,
donde
tu
nombre
es
siempre
bendito
y
santificado
de
constante
y
eterna
bondad.
A
ti,
Señor,
presentamos
nuestro
pedido:
danos
tu
reino
de
alegría,
de
compresión,
tu
voluntad
y
no
la
nuestra
sea
hecha,
aquí,
donde
estamos,
ahí
donde
estás
y
estaremos
un
día,
el
pan
de
la
salud,
de
la
disposición
y
ser
comprendido
del
amar
y
ser
amado,
danos
tu
perdón
y
el
aprendizaje.
El
niño
que
existe
aún
en
cada
uno,
dale,
Señor,
tu
protección.
Libértanos
del
mal,
ampáranos
en
el
camino
del
bien,
pues
tuyo,
señor,
sólo
tuyo
es
el
poder,
el
reino
de
la
gloria
para
siempre,
para
todo
el
siempre.