La
felicidad
no
tiene
peso,
ni
medidas,
no
puede
ser
comprada,
no
se
presta,
no
se
pide
prestada,
no
resiste
cálculos,
porque
material
no
es,
de
aquellos
materiales
patrones
de
nuestro
mundo.
Sólo
puede
ser
legítima.
Felicidad
falsa
no
es
felicidad,
es
ilusión.
Pero,
si
yo
supiese
hacer
cuentas
para
medir
el
bien
diría
que
la
felicidad
sí
puede
tener
tamaño,
puede
ser
grande,
o
pequeña,
tan
pequeñita
que
puede
caber
en
la
palma
de
una
mano,
pero,
también
puede
alcanzar
el
tamaño
del
mundo
La
felicidad
es
sabiduría,
esperanza,
deseo
de
ir,
de
quedarse,
es
presente,
pasado
y
futuro.
la
felicidad
es
confianza:
fe
y
creencia,
trabajo
y
acción.
No
se
puede
tener
prisa
para
ser
feliz,
porque
ella
viene
bien
despacito,
como
quien
nada
quiere.
Ser
feliz
no
depende
del
dinero,
tampoco
depende
de
la
salud,
ni
del
poder.
La
felicidad
no
es
fruto
de
la
ostentación
ni
del
lujo.
Felicidad
es
desprendimiento,
no
es
ambición
Solamente
es
feliz
quien
sepa
soportar,
perder,
sufrir
y
perdonar.
Sólo
es
feliz
quien
sepa,
sobretodo,
amar.
Wanderlino
Arruda