Año
cero,
año
uno,
año
dos, año
tres.
Se inicia
un tiempo
nuevo.
Son veinte
siglos,
inicio
del veintiúno,
dos mil
años
de historia:
Él
vino,
pan de
la vida,
la luz
del mundo.
Intenso
clarear,
divino
poder,
Amor,
mucho
amor.
En la
confraternización
de la
paz,
Jesús
llegó
¡El
vino!
Desde
hace mucho,
el mundo
se preparaba:
el Siglo
de Pericles,
en Grecia;
en Roma,
el siglo
de Augusto.
Evolución,
cambios,
nuevos
hábitos:
en las
artes,
en el
trabajo,
en el
ser y
en el
vivir.
Claridades
son abiertas,
limpias
las veredas,
un nuevo
pensamiento
en todo.
Tiempo
antes
de Bautista,
tiempo
de Jesús.
¡El
vino!
En cada
momento,
palabras
nuevas:
historias,
parábolas,
consejos,
nuevas
enseñanzas,
saber
para la
eternidad.
Ejemplos
para un
nuevo
corazón.
Camino,
verdad,
vida
Ahora,
la noche
oscura
tiene
estrellas,
todo está
iluminado,
porque
¡El
vino!
El mestre
no manda
recados,
El ejemplo
es El
propio.
Majada
es simplicidad,
el tiempo,
sabiduría
en todo,
la revelación.
Mire quien
tiene
ojos para
ver,
oiga quien
sepa oír.
Principalmente
los buenos
sentimientos.
¡El
vino!
Gracias,
Señor
Dios
gracias
hoy y
siempre,
gracias
de todo
corazón
por habernos
enviado
a Jesús
trayéndonos
su paz.
¡El
vino!